Crítica de "El corredor del laberinto: La cura mortal"
La fiebre de las adaptaciones literarias parece que ya terminó. Tras una serie de títulos que no funcionaron muy bien en la taquilla (incluyendo aquí la tercera entrega de la inconclusa saga "Divergente"), los directivos de los estudios parecen haber fijado sus miradas en otro tipo de licencias.
"El corredor del laberinto: La cura mortal" ha tardado más tiempo de lo previsto en llegar a los cines, pero ello no se ha debido al mal devenir comercial de sus predecesoras. Al contrario, tanto las recaudaciones de "El corredor del laberinto" como las de "El corredor del laberinto: Las pruebas" rebasaron los 300 millones de dólares en todo el mundo.
El problema al que ha tenido que enfrentarse el cierre de esta trilogía es al de la pérdida de su principal estrella durante unos cuantos meses. Dicho tiempo es el que ha precisado Dylan O'Brien para recuperarse de las graves heridas que se produjo tras sufrir un accidente durante el rodaje del filme.
¿Merece la pena "El corredor del laberinto: La cura mortal"?
Al igual que sucediera con su antecesora, en "El corredor del laberinto: La cura mortal" también percibimos elementos que la diferencian de los otros títulos de la franquicia. Así, esta entrega podría definirse como un thriller de acción, especialmente en su segunda mitad.
En todo momento el espectador tiene la sensación de que no cesan de suceder cosas, motivo por el cual se puede afirmar que la película posee un buen ritmo. No obstante, considero que se podría haber aligerado su abultado metraje (sobre todo recortando o suprimiendo algunas de las escenas de su primera hora).
Supongo que, ya que nos hallamos ante el capítulo final de "El corredor del laberinto", sus artífices habrán pensado que lo mejor sería ofrecerle a sus seguidores el epílogo más largo posible (contentando o premiando de algún modo su fidelidad).
La historia no es demasiado profunda, e incluso los escasos pasajes en los que los personajes hablan entre sí no están muy cuidados en lo que a sus diálogos y contenido se refiere. La trama daba para cuidar un poco más estos aspectos, pero parece obvio que el interés primordial del guionista T.S. Nowlin era mantener entretenido al público.
Y lo consigue, siendo ayudado en esta tarea por el director Wes Ball. Su realización es correcta y, desde luego, se nota que dicho cineasta sabe cómo aprovechar los 62 millones de dólares del presupuesto de "El corredor del laberinto: La cura mortal".
Huidas imposibles, peleas, disparos y explosiones se suceden sin tregua, viéndose acompañados por efectivos toques dramáticos y alguna que otra sorpresa narrativa. Humor hay, pero a algunos incluso les puede parecer poco.
Molesta, eso sí, que la ciencia-ficción pura y dura de la cinta original casi haya desaparecido, prevaleciendo otros géneros en lugar de aquel que, al menos bajo mi punto de vista, debería haber tenido un mayor peso.
Pero, en definitiva, la película no deja de ser un divertimento sin pretensiones, y como tal ha de tomarse. Sin duda, gustará a los que hayan visto los otros dos largometrajes de "El corredor del laberinto".
El reparto de "El corredor del laberinto: La cura mortal"
El reparto cumple, tanto en las escenas en las que han de emplear su físico como en las que han de mostrar sus dotes interpretativas. Sobresalen Dylan O'Brien, Thomas Brodie-Sangster, Ki Hong Lee, Rosa Salazar, Patricia Clarkson y un Aidan Gillen que se nota que se lo está pasando en grande.
Kaya Scodelario encarna al personaje más interesante, si bien el libreto no aprovecha todo su potencial.
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Y una fiebre tan grande que era que ya hablé de que hasta podían haberse unido a la moda de los Crossovers junto con el Sinsajo y Divergente, pero sí parece que ya pasó.