Crítica de 'Sonic: La película'

Lee mi crítica de Sonic: La película para averiguar si merece la pena darle una oportunidad a esta adaptación del conocido videojuego de Sega. ¿Recrea fielmente algunos de sus personajes y escenarios? ¿Qué tal están los efectos especiales? ¿Es tan mala como aparenta en sus tráilers?
En 1993 se estrenó Super Mario Bros., un horrendo filme que llevaba a la gran pantalla el universo del exitoso videojuego de Nintendo (muy a su manera, eso sí). Apenas un par de años antes, Sega, la por aquel entonces principal rival de dicha compañía, lanzaba Sonic the hedgehog para la consola Mega Drive.
Este juego adquirió una increíble fama y, de hecho, el erizo azul se convirtió en la nueva e indiscutible mascota de Sega. Su aspecto desenfadado y moderno chocaba con la tradicional y un poco anticuada figura de Mario, algo que llamó la atención del público más joven.
Al igual que el cine o las series de televisión, los videojuegos también forman parte de mi vida. Soy de los que precisamente disfrutó en su día de Sonic the hedgehog y sus secuelas, siendo un personaje del que siempre guardaré un agradable recuerdo.
Precisamente por eso, y porque conozco los antecedentes de este tipo de traslaciones, Sonic: La película nunca me inspiró demasiada confianza. Entendería un proyecto así en forma de largometraje de animación, pero... ¿una cinta de imágenes reales? ¡Menudo despropósito! Aunque el resultado es mejor de lo esperado, sus puntos débiles resultan demasiado evidentes.
Sinopsis de Sonic: La película
Un jovencito Sonic se ve obligado a dejar su planeta y a vivir en la Tierra para así salvar su vida. Allí conoce a Tom, quien le ayudará a huir del Dr. Robotnik. Este pérfido individuo quiere hacerse con el supersónico erizo para de este modo controlar sus increíbles poderes (y no precisamente para algo bueno...).
Lo mejor de Sonic: La película
Sabiendo que existen adaptaciones de videojuegos completamente infumables, me es grato comprobar que al menos Sonic: La película se trata de una cinta decente, sobre todo para el público infantil y familiar. Su duración es la adecuada y, en fin, no genera hastío y sopor en el público.
Visualmente no está nada mal, siendo todo un acierto que se haya retrasado su estreno para modificar el aspecto humanoide y semirealista que Sonic lucía en el primer tráiler que se lanzó.
También existen algunos detalles dignos de mencionar. Por ejemplo, me encantó el uso orquestal que se hace del tema central de Sonic the hedgehog cuando aparecen los logos de Paramount Pictures y de Sega. De igual modo, los créditos finales son fabulosos, pues nos resumen la historia del filme en formato de 16 bits.
Lo peor de Sonic: La película
Sin embargo, es evidente que nos hallamos ante una película de trama simplona y guión poco trabajado. Se nota muchísimo que podía ser más imaginativa, sobre todo a la hora de contarnos los orígenes del erizo azul. Vamos, que se desaprovecha una oportunidad de oro para elaborar un fondo argumental más innovador (no digo complejo, pero por lo menos sí más trabajado y no tan desaprovechado).
Es todo, digámoslo así, muy básico: desde la rapidez con la que se nos presenta a Sonic hasta el carácter y el comportamiento de todos los personajes (principalmente humanos). Ahí está el policía que quiere aspirar a algo más en la vida o el villano con complejo de superioridad.
Y hablando del Dr. Robotnik, siento no compartir el entusiasmo de mucha gente hacia la interpretación que Jim Carrey hace de este malvado inventor. Así, repite actuaciones del pasado y, como casi siempre, se muestra histriónico y está un poco pasado de vueltas.
Por su parte, la labor de James Marsden es correcta y se dedica a cumplir con lo que le piden. Además, ya tiene experiencia en esto de interaccionar con amigos digitales, tal y como sucedió en Hop (2011).
Por último, señalar que me parecen exagerados los abundantes guiños y referencias a otros largometrajes, series o cómics. A veces da la impresión de que se introducen por pura vagancia de los guionistas...
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