Crítica de "¿Tenía que ser él?"
Una de las comedias que han abierto el año con muchas expectativas para los espectadores ha sido "¿Tenía que ser él?". Se trata de una parodia que trata sobre las presentaciones en la familia pero que se queda en solamente una expectativa, ya que nos encontramos ante una trama muy predecible y una sucesión de chistes fáciles.
Desde 1950, cuando llegó a las salas "El padre de la novia", se estableció un esquema de desarrollo para este tipo de películas y, hasta la fecha, se ha mantenido más o menos en todo este género con mayor o menor gracia.
Centrémonos en la historia que caracteriza a "¿Tenía que ser él?". Nos encontramos con una familia americana modelo donde el cabeza de familia es Ned (Bryan Cranston). En unas vacaciones visitan a su tierna y dulce hija en la universidad. Pero lo que era una visita a su hija, termina convirtiéndose en la presentación de su novio Laird (James Franco) a sus padres.
Pronto descubrirán que Laird es de todo menos lo que un padre esperaría para su adorada hijita. Si a este argumento le añadimos que Laird es un joven millonario que se hizo rico con una startup y es de lo más excéntrico, en teoría tendríamos una buena comedia con un gran reparto y dispuesta a sacarnos unas carcajadas.
La película presenta reflexiones poco profundas, como son el desarrollo de las nuevas tecnologías y el hecho de que todos nos debemos adaptar a ellas. Esto lo podemos observar cuando Ned, dueño de una imprenta, ve cada vez más cómo pierde terreno y dinero por culpa de las startup similares a las que han hecho rico a Laird.
Pese a que el argumento es bastante predecible, no es el punto fuerte de la película, sino que lo son las bromas y cameos de muchos famosos, caso de Elon Musk. Cabe destacar que la cinta está creada para la nueva generación, por lo que el tipo de comedia es bastante gamberra, con bromas fáciles y cierto lenguaje que deja de lado aquel humor sofisticado que tenían otras películas (como "Los padres de ella" en su momento).
La interpretación de los protagonistas es también uno de los grandes alicientes para verla, ya que son actores que nunca decepcionan y se meten muy bien en el papel, haciéndolo realmente convincente. Si a esto le añadimos a unos personajes secundarios a la altura, como Keegan-Michael Key y Megan Mullally, nos hallamos con una serie de sorprendentes escenas que jamás podríamos haber esperado hace unos años en un tipo de comedia familiar.
Pero no todo son cosas buenas, ya que existen argumentos poco trabajados, como el romance entre los dos novios (que no nos da esa sensación de que no pueden vivir el uno sin el otro).
Si quieres ver una película divertida, "¿Tenía que ser él?" es justo lo que buscas y no te decepcionará. No es la mejor de su género, pero sí es un film muy bien acabado que sabe aprovechar bastante este género.
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