No me entusiasma la obra de
Luc Besson, realizador que adquirió cierto renombre gracias a títulos como “El gran azul”, “Nikita, dura de matar” y “El profesional (Léon)”. A pesar de que estos filmes no me disgustan, no los considero tan buenos como para ensalzar de forma desmesurada a su principal artífice. Si bien hubo un momento que parecía que iba a dejar a un lado el mundo de la dirección (los varapalos que recibió por “Juana de Arco” tuvieron bastante que ver con ello), finalmente cambió de idea y ahora no cesa de estrenar un título tras otro. Asimismo, se dedica a producir y escribir los guiones de producciones de una calidad cuestionable pero que, sin embargo, consiguen competir en la taquilla con no pocos largometrajes de Hollywood. Eso es lo que precisamente ha sucedido con
“Lucy”, que, junto a “El quinto elemento”, se ha convertido en su película más exitosa.

Con un comedido presupuesto de 40 millones de dólares, Besson idea
un divertimento que se pasa en un suspiro pero que se olvida igual de rápido. Ahora bien, el cineasta pretende hacernos creer que
“Lucy” es algo más que un típico filme de acción, motivo por el cual introduce una surrealista teoría sobre las habilidades que poseería el ser humano si aprovechase su cerebro al cien por cien. De hecho, intenta vendernos la profundidad de la película con una peculiar técnica, puesto que inserta imágenes de la naturaleza para establecer un paralelismo entre ésta y lo que le acontece a la protagonista en la pantalla. O hace algo semejante pero con respecto a la conferencia que da el profesor Norman y mostrándonos vídeos sobre distintas épocas de nuestra civilización. El colmo llega en el tramo final de la cinta, momento en el que nos quedamos estupefactos al comprobar que su artífice se la toma demasiado en serio. Vamos, que
cae en una fácil y prescindible presuntuosidad (si se me permite la comparación, casi parece una versión entretenida de determinados trabajos de Terrence Malick).
Los poderes de Scarlett Johansson
“Lucy” es más un
thriller de ciencia-ficción que otra cosa. De hecho,
sus pasajes de acción no son tan abundantes como pueda pensar el lector, si bien
resultan bastante eficaces. Al respecto, merece la pena destacar la persecución automovilística. No obstante,
lo mejor de la película es la presencia de una
Scarlett Johansson completamente comprometida con su papel. Al principio de la historia observamos la vulnerabilidad de su personaje en una situación límite. Según avanza la trama, ella es la única que consigue que demos por buena la “evolución” de la joven a la que da vida. Respecto a
Morgan Freeman, Besson fue muy listo al incluirlo en el reparto. Gracias a este intérprete, hay instantes en los que nos olvidamos del inverosímil planteamiento del relato. Por último, mencionar la estimable presencia de
Choi Min-sik, quien se dio a conocer a nivel internacional con “Old boy”.
Resumen de la crítica de “Lucy”
A pesar de que el punto de partida de “Lucy” resulta absurdo, sus intérpretes principales (Scarlett Johansson, Morgan Freeman) logran que nos olvidemos de la nula credibilidad de la trama. A ello también contribuyen tanto el hecho de que la película no se haga aburrida en ningún momento como su breve duración.