Crítica de la película "Madre!"

Darren Aronofsky no es un director que llegue al paladar de todos los públicos. Aunque ha conocido recientes éxitos comerciales ("Cisne negro", "Noé"), es difícil no describir su filmografía con el siguiente adjetivo: presuntuosa. De hecho, puede que "Madre!" sea una de sus películas más pretenciosas.

La cinta arranca de tal forma que rápidamente podríamos incluirla en el género fantástico. Esto es algo que se refuerza cuando comprobamos que la pareja que protagoniza la historia vive en una casa rodeada de bosques y vegetación. No hay caminos, no hay carreteras, tan sólo tranquilidad y aislamiento.

Él se dedica a escribir poesías, si bien atraviesa un bache creativo. Ella intenta completar las reformas de un hogar al que se han mudado recientemente. Un día alguien pica en su puerta. El poeta le invita a quedarse en su morada, puesto que el hombre creía que se trataba de una pensión y la noche ya está cayendo. Su pareja, sin embargo, no ve con buenos ojos la presencia del extraño.

Dicho lo cual, se podría decir que "Madre!" posee un planteamiento interesante y, cuando menos, curioso. El espectador sabe que lo que está viendo tal vez no sea realidad, pero se siente intrigado y desea conocer cómo va a evolucionar el relato.

Todo esto acontece en la primera mitad de "Madre!". Vale, hasta ahí aguanto. Luego viene la locura, una suerte de "La semilla del diablo" que sólo provoca estupefacción y hartazgo.

El problema es que no hay forma de entender qué es lo que nos quiere decir el director y guionista de esta disparatada producción. Explicaba Darren Aronofsky que la idea para hacer "Madre!" le vino de repente a la cabeza y que escribió su primer borrador en apenas cinco días.

Hay referencias bíblicas, una obsesión del cineasta, pero, sinceramente, no existe cohesión en la historia, que discurre con inusitada torpeza. Dada mi perplejidad, con este filme hice algo que nunca suelo hacer: leer otras críticas.

¿Qué es lo que me encontré? Gente alabándola y gente descalificándola. Pero, ¿qué hay acerca de su contenido? Bueno, parece que cada uno ve una cosa: una alegoría de los abusos que la humanidad comete contra la naturaleza, una descripción de la crisis de un artista, un retrato de la vida matrimonial, apuntes religiosos, un aviso sobre el exceso de población del planeta Tierra...

Lo siento mucho, pero el uso de tanta metáfora y de tanto símbolo se vuelve pesado. Y no, el problema no es que el espectador sea tonto y no le guste pensar. No, el que se ha excedido incluyendo tantas referencias es un director que, al final, no logra profundizar en ninguna de ellas. ¿Qué decía al principio de él? Exacto, ¡que es muy pretencioso!

El fabuloso reparto de "Madre!"

Si hay algo que salvo de "Madre!" es parte de la puesta en escena de Darren Aronofsky y la interpretación de todo su reparto. Jennifer Lawrence exterioriza muy bien la opresión que siente la protagonista, mientras que Javier Bardem se muestra comedido incluso en las escenas en las que su personaje estalla de ira.

Ed Harris está fabuloso, mientras que me encanta la dualidad de Michelle Pfeiffer (actriz que, por cierto, no entendió el guión que le presentó el realizador, aunque le encantó la forma en la que estaba dibujado su personaje).

La bonanza del elenco no es suficiente como para justificar el visionado de "Madre!", y menos aún si tenemos en cuenta que los cuatro únicamente interactúan entre sí durante una de las dos horas que dura la película.