Crítica de la serie de televisión "Segunda enseñanza"

El argumento principal de "Segunda enseñanza" es muy
básico. Pilar Beltrán (Ana Diosdado) vive en Madrid junto a su madre, una mujer con
un fuerte carácter que siempre limitó la vida de nuestra protagonista, y su
hija Elvira, una aspirante a modelo que creció sin la figura paterna, ya que éste
se desentendió de ellas en cuanto supo de su existencia. Pilar pierde su empleo como profesora de Historia y decide aceptar una oferta de trabajo en un
instituto de Oviedo, comenzando así una nueva etapa en su vida sin la fuerte
presión materna.

Los dos primeros capítulos son los mejores de los
trece que conforman esta serie
. Se centran en la vida y los problemas de
Pilar además de ir presentándonos hábilmente a los protagonistas principales. A
partir del tercero, el argumento central pasa a un segundo plano para dedicar
cada episodio a abordar los diferentes temas sociales de la época a través de nuevos
personajes, interpretados por actores muy conocidos de la década de los
ochenta. El resultado es incompleto, tanto por su intento de profundizar en
asuntos de mucho calado en un espacio de tiempo bastante limitado, como en la
realización final de la historia. Así, ésta más bien parece un conjunto de escenas “pegadas”
una detrás de otra, lo que provoca en el el espectador la sensación de ir dando pequeños
saltos en el tiempo, que un argumento bien hilvanado propio de cualquier serie
de una mínima calidad.

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