Son varias las películas en las que el compositor Danny Elfman ha colaborado con el director Gus Van Sant. Es el caso de, por ejemplo, “Restless” o “Mi nombre es Harvey Milk”. En general se puede afirmar que estos trabajos resultan correctos, pero, eso sí, no se hallan entre lo mejor del autor de la banda sonora de “Alicia en el País de las Maravillas”.
Eso es lo que también sucede en “Tierra prometida”, donde nos encontramos con un score eficaz pero un tanto discreto. Su presencia casi no se percibe a lo largo del metraje, si acaso en los títulos de crédito iniciales del filme. Sin embargo, la música apenas se utiliza para describir a los personajes, aunque es verdad que al menos sí destaca en el momento en el que se revela un dato importante de la trama. Elfman cumple, cierto, pero se espera mucho más de un autor de su categoría.