Crítica de "Dos policías rebeldes"
Por desgracia, "Dos policías rebeldes" es una muestra de lo peor que nos puede ofrecer Hollywood. Películas como "Los mercenarios 3" se transforman en auténticas obras maestras si las comparamos con el filme que dio a conocer al director Michael Bay. ¿El argumento? El típico robo de siempre, que ha de resolverse en un tiempo determinado y, si es posible, acabando con los malos de turno. ¿El problema? Empezaré por el guión, al que se le han incluido unas cuantas situaciones supuestamente graciosas que provocan que tengamos ganas de cogerlo, estrujarlo y tirarlo a la papelera.
La película parece un añadido eterno, existiendo un comienzo y un final en los que se expone la idea central de la trama. ¿Qué sucede en el resto de su metraje? Absolutamente nada. Pero eso no es todo, puesto que el director también se lleva su parte de culpa. Bay propicia un montaje devastador, con cambios continuos de cámara, y rueda las escenas de acción como si de anuncios de publicidad se trataran.
En cuanto a los intérpretes, Will Smith resulta aceptable cuando su personaje no se dedica a hacer el tonto. Pero el "cómico" Martin Lawrence y Téa Leoni demuestran lo pésimos actores que son. "Dos policías rebeldes" es, en definitiva, un aburrimiento de película. Cuando concluye, no sólo te olvidas de ella, sino que incluso deseas que nunca se hubiese llegado a realizar. Lo único que se salva de la quema es su banda sonora, obra del compositor Mark Mancina.
Crítica revisada de un texto originalmente escrito el 23-7-1996
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