Crítica de "Alita: Ángel de combate"
Décadas lleva James Cameron intentando trasladar a la gran pantalla "Alita: Ángel de combate", el emblemático manga de Yukito Kishiro. Su proyecto era tan ambicioso que incluso lo ideaba como una trilogía que, como es habitual en el cineasta, le llevaría varios años completar.
Dado que tenía otros largometrajes en mente (caso de la saga "Avatar"), finalmente Cameron optó por dejar que otro compañero de profesión tomara las riendas de "Alita: Ángel de combate". Para mi sorpresa, el elegido fue Robert Rodriguez, quien, aunque ha trabajado en Hollywood, jamás lo ha hecho en una producción de presupuesto disparatado.
Además, la carrera de este director está repleta de altibajos, pasando sus últimas películas bastante desapercibidas por la taquilla mundial. Dicho lo cual, ¿qué tal está "Alita: Ángel de combate"? ¿Se nota la mano de su productor? ¿Merece la pena verla o es tan prescindible como "Ghost in the Shell: El alma de la máquina"?
"Alita: Ángel de combate", un digno entretenimiento
Lo primero que quiero aclarar es que no he leído la obra original en la que se basa el filme. Asimismo, no soy un entusiasta de su anime. Es por ello que mi crítica sobre esta cinta no establece ninguna comparación con respecto al material que toma como referencia.
"Alita: Ángel de combate" es un largometraje descaradamente comercial que no pierde nada de tiempo en la presentación de sus personajes principales. Esto tiene tanto su lado positivo como su vertiente negativa. Y es que, aunque se acelera mucho el ritmo de la cinta, también provoca una carencia de profundidad en su descripción.
Así, apenas se dedican minutos a ahondar en la relación existente entre Alita e Ido. Lo mismo sucede a la hora de hablar del encuentro entre la protagonista y Hugo (aunque también hay que reconocer que, según avanza la película, se intercalan ciertas escenas que sirven para completar estas pequeñas deficiencias).
Pero, me reitero, esto hace que el filme discurra fluido hasta llegar a su media hora final, sin duda lo mejor de "Alita: Ángel de combate". Ésta se podría calificar como contundente, espectacular y con un mayor cuidado de las tramas que rodean a los personajes.
De hecho, la realización de Robert Rodriguez, que hasta ese instante pasa bastante desapercibida e incluso se podría tildar de funcional, mejora con creces e incluso se permite el lujo de mostrarnos varios planos memorables.
Los efectos especiales son muy vistosos, destacando la apariencia de Alita (acompañada por una buena interpretación de la actriz Rosa Salazar). Cierto es que en ocasiones algunas imágenes generadas por ordenador cantan un poco, lo que causa sorpresa si consideramos que el coste de la película fue de unos 200 millones de dólares.
El resto del reparto es magnífico, existiendo breves pasajes en los que Christoph Waltz, Jennifer Connelly y Mahershala Ali pueden lucirse.
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