Durante las tres primeras temporadas de «The good wife», nuestra
protagonista, la abogada Alicia Florrick, vio cómo su vida se veía
sumergida en una vorágine de acontecimientos, tanto profesional pero sobre
todo personalmente, muy difíciles de digerir. En ese aspecto, el personaje ha
tenido una evolución comprensible en la que la hemos visto abatida,
decepcionada, descontrolada… Múltiples estados de ánimo con los que lograba
combatir infidelidades, campañas electorales, los problemas de sus hijos
adolescentes, a su suegra…
esta cuarta temporada, tras todos los palos sufridos, nos muestran a una Alicia
más serena, que ya ha asimilado su nueva situación. Ello repercute en la mayor
seguridad que tiene en sí misma y en la claridad de ideas con las que puede
encaminar esta nueva vida. Todo ello conlleva que la trama personal, tan
explotada en anteriores episodios, pase a un segundo plano para mostrarnos el lado más profesional de su vida. La serie se centra más en los juicios que debe
preparar y en la delicada situación financiera en la que está envuelta su
empresa, con lo cual las apariciones de sus hijos y ex marido son más
esporádicas.
Para
intentar contrarrestar dicha ausencia aparecen dos nuevos personajes: Clarke
Hayden (Nathan Lane), que será el encargado de vigilar la maltrecha situación
económica que atraviesa el bufete, y
Robyn Burdine (Jess Weixler), una joven investigadora que acompañará a Kalinda,
muy a su pesar, en sus pesquisas. Sin embargo, los mejores momentos nos
llegan con varios de los grandes personajes secundarios que aparecen de vez en
cuando a lo largo de toda la serie. Muy especialmente con el abogado Louis
Canning (Michael J. Fox), quien siempre nos roba una sonrisa con las singulares
artimañas que utiliza para ganar los juicios.
[post_ad]
definitiva, el estilo habitual de «The good wife», con un tema central que se iba
desarrollando poco a poco en cada capítulo, ha pasado a tener más puntos en común con una serie de
tipo procedimental en la que se resuelven juicios. Por último, señalar que el
final, al igual que en la tercera temporada, vuelve a ser abierto, aunque
espero que lo sepan desarrollar con más eficacia que la delicada situación en
la que parecía haberse sumergido la investigadora Kalinda y del que, por temas
de spoilers, no puedo abordar con mayores detalles.