"Shenmue", la mejor banda sonora de la Historia de los Videojuegos

Inmersos en una sociedad en la que los gustos personales se crean incluso a partir de modas impuestas por la publicidad, es triste comprobar que lo verdaderamente sobresaliente puede quedar un poco mitigado por ciertos productos que no han sido creados con el arte o el mimo que sí poseen otros; tal es el caso de "Shenmue", verdadera obra maestra en la Historia de los Vídeojuegos (permitidme que utilice estas radicales palabras, pero, cuando alguien consigue revolucionar el mundo de las consolas, sólo se pueden emplear dichos calificativos).

"Shenmue" es una aventura que Yu Suzuki elaboró con verdadera ilusión, algo que también se percibe en su score. Para ello, se puso en contacto con diversos compositores, caso del gran Yuzo Koshiro. Los CDs más conocidos de "Shenmue" son dos: el orquestal, que no llega a 40 minutos, y la auténtica banda sonora original (OST) que escuchamos mientras jugamos y que se presenta en dos CDs. En el primer CD no encontramos ningún tema ni arreglo de Koshiro, pero por su fuerza e importancia en las escenas cinematográficas que observamos en el juego, es el que paso a desglosar a continuación.

El CD de "Shenmue" se inicia con el tema central de esta maravillosa saga. La música, compuesta por Toshiyuki Watanabe, comienza con unas notas misteriosas que pronto dan paso a la melódica pieza que sirve de punto de partida al juego. Primero la escuchamos con movimientos suaves, y luego su intensidad se incrementa para discurrir posteriormente como un eficaz acompañamiento (hay que recordar que esta pista la escuchamos en la película final del juego, cuando Ryo abandona el puerto de Yokosuka). Tras un fragmento que podríamos calificar en parte como de acción, la suavidad vuelve a adueñarse de la partitura en cuanto se introducen de nuevo las deliciosas notas que conforman la representación musical del maravilloso mundo de "Shenmue". Atención al final, puesto que la música se disipa al mismo tiempo que la imagen de Shenhua en pantalla; mientras, una estrella ilumina el camino que conducirá a Ryo a vivir una nueva aventura en "Shenmue 2".

La pista dos es el tema de un enigmático personaje (Shenhua), una muchacha que sólo sale en los sueños de Ryo, pero no en el desarrollo del vídeojuego. Es una pieza suave, delicada, que va pareja a la personalidad de la chica a la que da nombre (cualidad que conocemos gracias a las instrucciones que acompañan a los GDs de "Shenmue"). Las flautas chinas parecen evocar algo, aunque hay en ellas una mitigada tristeza que, en general, también se da en toda la composición. Al llegar al minuto dos, los sintetizadores hacen acto de presencia, desembocando luego en una apasionada reproducción del tema de Shenhua.

"Endless Earth" no deja de ser un resumen de las excelencias de este compacto. Durante el minuto inicial unas intrigantes voces se adueñan de la partitura, como si estuvieran mirando al pasado con nostalgia. Después nos llega un nuevo tema, precioso, que primero se muestra con piano, pero luego se intensifica con la orquesta. Es, pues, la misma estructura empleada en lo ya escuchado hasta ahora. Sin embargo, atención al minuto tres, pues se introduce una colorista melodía que parece sonreírnos con sus notas; luego, por supuesto, llegará el tema principal de esta pista, exhibiéndose con contundencia y, finalmente, elegancia. Recordar que esta música se puede escuchar en un vídeo que explica cómo en "Shenmue" el clima va cambiando según jugamos, pasando del sol a la lluvia, o de la lluvia a la nieve.

"The Lion's Banner" es primordialmente música de acción. De hecho, acompaña magníficamente a uno de los tráilers de "Shenmue 2". Mostrando una orgullosa melodía de grandes sonoridades, la música se mueve entre lo épico y lo trascendente y es un magnifico contrapunto a lo ya oído hasta ahora.

Siento una especial predilección por la pista cinco: "The Morning Fog's Wave". En general, y junto a la dos, es la que más descaradamente hace uso de los atractivos sones orientales, aunque eso no es lo que cautiva al que la escucha. Hay en ella una tristeza que tal vez resuma muy bien los pesares del protagonista, Ryo, y que se encauza a través de un emotivo tema que nos deslumbra por su belleza. Otra auténtica joya.

"The Beggar" se escucha justo en la larga introducción que sirve de punto de partida a las pesquisas de Ryo. La música va volviéndose más dramática según el protagonista se acerca al lugar donde su padre se enfrenta a un enigmático individuo que parece ser un auténtico maestro en las artes marciales. La oscuridad y la inquietud dominan la partitura, aunque alrededor del minuto dos se acrecienta su lado misterioso, y de una forma sorprendentemente melódica; la descripción de Lan Di a través de estas breves notas musicales es modélica. Luego, la tensión aumenta cuando el chino amenaza con matar a Ryo si no se le entrega un misterioso espejo que está buscando y que parece poseer el padre de Ryo. Cuando éste cae en manos del malvado guerrero, la música alcanza un particular éxtasis, con coros que refuerzan la importancia de tan preciado objeto. El desenlace, con la inevitable muerte del padre de Ryo, desemboca en unas trágicas notas finales que sirven para que el jugador/oyente sienta como suya la pena que aflige al descorazonado protagonista.

"A New Journey" también podría catalogarse dentro de lo que denominamos música de acción. Aunque las notas de este tema comienzan a escucharse de forma apagada, pronto van adquiriendo fuerza, siendo a partir del minuto dos cuando alcanzan todo su apogeo.

Finalmente, el tema ocho es una hermosa balada que utiliza la música ya escuchada en la pista dos (y que describe al personaje de Shenhua). 

Para concluir, tan sólo quería añadir que todo esto no es más que una mínima muestra de la verdadera banda sonora que escuchamos en el juego. En él hay verdaderas maravillas (algunas de las cuales, incluso, puede escucharlas el propio Ryo en el casete que lleva en todo momento consigo). En cualquier caso, destacaría temas como los de la primera llegada del autobús al puerto o el encuentro, en el almacén número 8, con el Maestro Chen (asimismo, señalar lo bien que ambienta la música el paso de Ryo por la zona restringida al tiempo que intenta evitar que los guardas lo encuentren). Otros temas magníficos son los que envuelven las escenas del pasado, las peleas y los encuentros con Nozomi. Ya en la parte final, mencionar la canción que se oye cuando Ryo y Nozomi regresan del puerto en motocicleta (y que es obra de Ryuji Iuchi), la meditación de Ryo en el dojo o la inquietante música de Chai, el desdentado esbirro de Lan Di. 

Artículo inicialmente publicado en BSOSpirit

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