Crítica de "Bajo la misma estrella"

Crítica de "Bajo la misma estrella"

No he tenido la oportunidad de leer el libro de John Green en el que se basa "Bajo la misma estrella", pero siempre he considerado que cualquier adaptación cinematográfica ha de valorarse principalmente por lo que nos ofrece la película en cuestión. Lo que sí he visto es "Un invierno en la playa", el anterior trabajo del director del filme que es objeto de esta crítica. En aquel título, Josh Boone contaba con un gran elenco pero construía un guión y una historia un tanto pedante en la que se percibía cierto afán de trascendencia. Afortunadamente, aquí el libreto viene firmado por Scott Neustadter y Michael H. Weber ("[500] días juntos"), quienes en ningún momento ocultan los orígenes literarios del largometraje (el uso de la voz en off para narrarnos la historia es una buena prueba de ello).

"Bajo la misma estrella" aborda una temática muy dura, en concreto cómo unos muchachos afrontan el cáncer y su posible muerte. Pero, por supuesto, también nos muestra cómo ello afecta a sus seres queridos. Asimismo, introduce un relato de amor juvenil y se hace preguntas sobre qué significa nuestro paso por este mundo. ¿De verdad es relevante hacer algo grande que asombre a los demás o basta con dejar una huella en el corazón de aquellos que nos aprecian? Dicho esto, lo bueno del filme es que no presenta una burda afectación a la hora de plantear semejantes cuestiones. Así, discurren con naturalidad y a ratos incluso se presentan respuestas contradictorias, invitando al espectador a la reflexión. Nos hallamos, pues, ante una película juvenil que no toma al público por idiota pero que tampoco persigue que sea un intelectual. En este sentido, me recordó a "Las ventajas de ser un marginado", otra recomendable producción dirigida a una audiencia joven. 
Crítica de "Bajo la misma estrella"

Por supuesto, no se trata de una cinta perfecta. Su arranque resulta más jovial, algo que contrasta con su duro desenlace. Éste quizás se prolongue demasiado, provocando que en alguna que otra ocasión casi traspase la línea de lo excesivamente lacrimógeno. Sin embargo, finalmente ello no sucede y el público se queda con los sólidos apartados emocionales de la historia y con los sinceros sentimientos que desprenden sus protagonistas. Al respecto, sería injusto no elogiar las fantásticas actuaciones de Shailene Woodley y Ansel Elgort. La primera, que ha tenido que sortear las pésimas opiniones que se han vertido sobre la serie "Vida secreta de una adolescente", logra transmitirnos lo que piensa o sufre Hazel Grace sin necesidad de articular una palabra. El segundo, que da vida a Augustus Waters, consigue que entendamos el viaje de su personaje partiendo desde el optimismo y confluyendo en el miedo (por cierto, ambos actores forman parte del elenco de "Divergente" y de sus secuelas). Si los intérpretes de este filme fueran adultos y conocidas estrellas de Hollywood, tendrían garantizada una nominación al Oscar. No quisiera olvidarme del buen hacer de Laura Dern y de Sam Trammell, o del difícil papel de Willem Dafoe. El escritor Van Houten no es una persona precisamente simpática, pero sirve para reflejar lo difícil que resulta dejar atrás determinadas aflicciones.

Crítica de "Bajo la misma estrella"

"Bajo la misma estrella" es, en resumen, un largometraje duro que afectará de manera especial a no pocos espectadores. No obstante, y a pesar de la crudeza de la vida, nos deja bien claro que ésta siempre merece la pena. Incluso en los momentos más difíciles... 

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