Crítica de la banda sonora de «El hobbit: La Batalla de los Cinco Ejércitos»

Al igual que en «El hobbit: La desolación de Smaug», Howard Shore no consigue maravillarnos con la banda sonora de «El hobbit: La Batalla de los Cinco Ejércitos». La calidad de su música es muy buena, pero no logra ese acabado casi perfecto que sí hallábamos en la excelsa trilogía de «El Señor de los Anillos». Lo mejor de la partitura de lo que supone su despedida de la Tierra Media lo hallamos en el fabuloso arranque de la película.

El compositor nos apabulla con la venganza de Smaug, desgarrándonos con sus notas al igual que el dragón lo hace con Esgaroth. Además, la utilización que hace a lo largo de la cinta de los elementos corales resulta magnífica, algo que a estas alturas no ha de sorprender a nadie. Shore recupera temas tan hermosos como el que acompaña a los habitantes de Ciudad del Lago o el que se centra en el personaje de Tauriel, aunque, curiosamente, en este último caso se emplea de forma muy comedida.

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Lo que me llama la atención es que de nuevo deje de lado el magnífico leitmotiv de «El hobbit: Un viaje inesperado». Eso sí, no faltan acertadas variaciones de conocidos temas que ya escuchamos en la mencionada «El Señor de los Anillos». Por último, no quiero concluir este texto sin mencionar a «The last goodbye», canción que Billy Boyd interpreta en los fabulosos créditos finales de la película (y que él mismo ha escrito junto a Philippa Boyens y Fran Walsh). Sin duda, un emotivo repaso a la saga.