La Navidad de Robert Zemeckis en "Polar Express" y "Cuento de Navidad de Disney"

Aunque infravaloradas por muchos, Robert Zemeckis ("Regreso al futuro", "Forrest Gump", "Contact", "Náufrago", "El vuelo") dirigió en su día dos películas de animación que, bajo mi punto de vista, se han convertido en verdaderos clásicos navideños. Me refiero a "Polar Express" (2004) y "Cuento de Navidad de Disney" (2009). Con ambos títulos utilizó técnicas de captura de movimiento que, no entiendo muy bien por qué, fueron criticadas por su frialdad (sobre todo la primera, ya que se decía que los ojos de sus personajes no transmitían absolutamente nada).
Es curioso que, a pesar de que sendos filmes no arrasaran en la taquilla, no falten en la programación de las cadenas de televisión durante las Navidades, sobre todo "Polar Express". Esta cinta lleva recaudados 307 millones de dólares en todo el mundo. De hecho, hasta hace poco todavía se exhibía en los cines de los Estados Unidos cada mes de diciembre (motivo por el cual sumó alrededor de 30 millones más a sus ingresos iniciales). Respecto a "Cuento de Navidad de Disney", alcanzó los 325 millones, aunque, dado que su presupuesto fue de 200 millones, algunos enseguida la tildaron como un gran fiasco de taquilla.
"Polar Express" esconde en su metraje una clara alusión a la pérdida de la inocencia, al hecho de crecer y de dejar atrás la magia de la infancia. Zemeckis explica todo esto de manera magistral en los primeros minutos de la cinta, momento en el cual observamos cómo el niño que protagoniza el relato se aleja de la ilusiones en las que un día creyó. El cascabel cobra una singular importancia y se convierte en una brillante metáfora de lo que se nos quiere explicar con esta película (algo que se puede comprobar al final de la misma).
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