2015 fue un año extraño para Disney en lo que al cine de animación se refiere. Las cosas le fueron muy bien con "Del revés (Inside Out)", tanto en lo económico como en lo artístico, si bien no se puede decir lo mismo de "El viaje de Arlo" (al menos en lo que respecta a sus recaudaciones en la taquilla mundial). Durante este 2016, la compañía de Burbank estrena tres películas de dibujos animados: "Zootrópolis", que es objeto de esta crítica, "Buscando a Dory" y "Vaiana". La primera y la última son obra de Walt Disney Animation Studios, mientras que la segunda es, cómo no, una producción de Pixar.
Byron Howard, Rich Moore y Jared Bush son los directores de "Zootrópolis". El primero se ocupó de la infravalorada "Bolt" y de "Enredados", cinta que supuso el regreso de Disney a los musicales. El segundo se hizo cargo de "¡Rompe Ralph!", mientras que el tercero debuta en estas lides, si bien firma el guión de la película con la ayuda de Phil Johnston.
El filme nos narra la historia de una conejita llamada Judy que, desde pequeña, sueña con ser una agente de la ley en la ciudad de Zootrópolis. Sin embargo, sus padres prefieren que, al igual que sus cientos de hermanos, se quede en el pueblo y se dedique a cultivar zanahorias. Sin embargo, pasan los años y, tras no pocas dificultades, Judy logra superar las pruebas para trabajar como policía en la gran urbe. El problema es que su jefe y sus compañeros la juzgan por su tamaño, motivo por el cual decide demostrarles que puede resolver un misterioso caso. Para solucionarlo tendrá que contar con la ayuda de Nick, un zorro cuya personalidad es totalmente opuesta a la de ella.
Los aspectos positivos y negativos de "Zootrópolis"
"Zootrópolis" es una buena película, pero uno de sus principales fallos es que la mayoría de sus mejores momentos ya los hemos visto en los tráilers que Disney nos has ido mostrando desde hace unos meses. Es lo que sucede con el pasaje en el que Judy y Nick acuden a la oficina de tráfico, en la cual les atienden unos perezosos (siendo esto una clara mofa a la burocracia que tenemos que sortear en nuestra rutina diaria). Por otro lado, sus fragmentos cómicos son bastante escasos, mientras que la trama de la investigación se alarga demasiado y se le otorga una desmedida relevancia (al largometraje le sobran unos cuantos minutos).
Hay más aspectos del filme que no terminan de convencerme, caso de sus breves escenas de acción y del tono serio de algunos de sus fragmentos (tal y como acontece cuando conocemos ciertos detalles del pasado de Nick). Dicho esto, casi parece que no merezca la pena ver "Zootrópolis" y, desde luego, no pretendo que el lector se quede con esa sensación. Lo que pasa es que considero que se podrían haber pulido algunos elementos del guión para elaborar una obra más redonda (incluso se nota que hay instantes en los que existe una tajante separación entre los guiños que van destinados al público infantil y los que se dirigen al público adulto).
Ahora bien, "Zootrópolis" nos introduce en un peculiar universo que está recreado con un pasmoso detalle. Es un placer pasearse por las calles de la ciudad en la que transcurre la historia y percatarse de que hay múltiples cosas que llaman nuestra atención. Los animales que caminan por las avenidas, sus distintos hábitats o el propio diseño de los personajes son un claro ejemplo de ello. Es, sencillamente, deslumbrante, y una prueba del buen hacer de todos los que han trabajado en este filme.
Asimismo, transmite al espectador unos mensajes que, vale, pueden resultar un tanto optimistas, pero merece la pena tenerlos en cuenta en nuestras vidas, aunque sólo sea durante un rato (el cumplimiento de un sueño si te esfuerzas y el peligro de los prejuicios).