Crítica de "Que baje Dios y lo vea"
La comedia española está atravesando un momento realmente bueno. Éxitos de taquilla y sintonía con el público se dan la mano en una etapa en la que se han estrenado títulos como "Ocho apellidos vascos", "Perfectos desconocidos", "Perdiendo el norte", "Villaviciosa de al lado" o "Es por tu bien". "Que baje Dios y lo vea" intenta seguir la estela de dichos largometrajes.
El planteamiento de la película es muy sencillo. Un monasterio está en quiebra y, para evitar que se convierta en un parador, los religiosos que viven en él deciden participar en la denominada Champion Clerum. Su intención es ganarse el respeto del obispo para que cambie de opinión sobre el destino de su hogar.
"Que baje Dios y lo vea", una comedia que no funciona
"Que baje Dios y lo vea" es una película que no sabe por dónde ir. Tan pronto introduce elementos zafios como da un salto al género romántico, por no hablar de que sus contenidos dramáticos resultan un tanto ñoños y azucarados.
El problema es que no logra combinar todo ello con acierto, provocando una tremenda irregularidad en un desarrollo en el que los altibajos son demasiado acusados.
El guión tampoco ayuda. Así, se suceden sin pudor chistes malos, enamoramientos que no conducen a nada y partidos de fútbol en los que hay menos tensión que en una carrera de caracoles. Ah, y los tópicos sobran por todos lados...
Su puesta en escena es sencillita, y a ratos se adivinan algunos problemas de montaje (lo que, por cierto, le resta agilidad a la película). Aunque se nota el esfuerzo del debutante director Curro Velázquez, también se percibe con claridad que se queda a medio camino.
Semejante batiburrillo se salvaría si al menos fuera entretenido, cosa que no sucede. "Que baje Dios y lo vea" apenas dura hora y media. Pues bien, os aseguro que su metraje se hace largo.
Lo que más me agradó de la película fue su entregado reparto, comenzando por un Karra Elejalde que no parece tan caricaturesco como en alguno de sus últimos trabajos y siguiendo por un plantel en el que también nos topamos con Alain Hernández y Juan Manuel Montilla "El Langui".
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