Crítica de la película "Cien años de perdón"

Crítica de la película "Cien años de perdón"

En los últimos años, el director Daniel Calparsoro lleva estrenando películas que parecían llamadas a convertirse en un éxito de taquilla. "Guerreros" se aproximó al millón de euros, pero "Ausentes" superó por poco los 700.000 euros. "Invasor" ni siquiera llegó al medio millón de euros, siendo "Combustión" (1.200.000 euros) su película de mayor recaudación hasta la fecha. Es de esperar que "Cien años de perdón" supere dicha cifra, puesto que hablamos de un largometraje que ha contado con el empuje publicitario de una cadena de televisión (en este caso, Telecinco).

La cinta arranca como un típico thriller en el que un grupo de delincuentes pretenden robar la sede central de un banco. No sólo llevan armas, sino que también portan explosivos. A partir de aquí sucede lo que se espera en una película de este género: toma de rehenes, divergencias entre los maleantes, intervención de la policía... No hay nada original en este planteamiento, algo que no me molestaría si no fuera porque, desgraciadamente, el desarrollo del atraco carece del vigor necesario como para mantenernos enganchados a lo que sucede en la pantalla.

Crítica de la película "Cien años de perdón"

Sí, se introduce un giro relacionado con el turbio mundo de la política, pero, bajo mi punto de vista, se trata de un impostado añadido con el que se le pretende decir al público que se halla ante algo más que un mero divertimento (Jorge Guerricaechevarría, habitual colaborador de Álex de la Iglesia, es el autor del guión). Lo peor del asunto es que "Cien años de perdón" no es un filme especialmente entretenido. A pesar de su reducido metraje, la película no posee un buen ritmo, lo que la convierte en un título muy irregular. Por otro lado, y regresando a su vertiente más seria, todo se narra con una excesiva simplicidad, como si se quisiera dejar muy claro al espectador cuál es el mensaje que se le pretende transmitir.

"Cien años de perdón" se parece y no se parece a una de las producciones más taquilleras del cine español del pasado año 2015: "El desconocido". Me explico. En las dos se aborda una crítica social utilizando géneros comerciales. El problema es que la primera no sabe mezclar ambos conceptos, cosa que sí hacía la recomendable cinta de Dani de la Torre. De hecho, las diferencias entre sendas películas se acrecientan si nos fijamos en sus apartados técnicos, mucho más vistosos en la citada "El desconocido".

El quiero y no puedo de "Cien años de perdón"

Y es que Daniel Calparsoro opta por ofrecernos una realización cuidada y efectiva pero nada, absolutamente nada arriesgada. Da la impresión de que el cineasta limita el suspense, el dramatismo y la acción del filme, tal vez para que el contenido social no se quede diluido. Por otro lado, la introducción de elementos de humor no termina de funcionar. Lo que sí merece bastantes alabanzas es su ambientación, con una lluvia constante y una magnífica fotografía de Josu Inchaustegui.

Crítica de la película "Cien años de perdón"

El reparto resulta competente, con actores tan variopintos como los españoles Luis Tosar, Raúl Arévalo, Patricia VicoJosé Coronado, y los argentinos Rodrigo De la SernaLuciano Cáceres. El problema es que no consiguen que conectemos con sus personajes, algo que no es culpa de ellos, sino de la escasa profundidad con la que están descritos en el guión (hay una escena en la que el Gallego y el Uruguayo hablan de su pasado, pero a mi parecer se nota que es un forzado intento de paliar este defecto).

Crítica en inglés de "Cien años de perdón"

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