Crítica de "Passengers", con Jennifer Lawrence
En apenas unos años, son varias las películas que han fijado su mirada más allá del planeta Tierra. Es el caso de "Gravity", "Interstellar" y "Marte (The Martian)". "Passengers" no está a su nivel, pero vuelve a evidenciar el interés que despierta en el ser humano el vasto universo al que pertenecemos.
El guión del filme se escribió hace una década, y en principio Keanu Reeves iba a ser su protagonista. Actrices como Reese Witherspoon, Rachel McAdams o Emily Blunt estuvieron en algún momento involucradas en un proyecto que no terminaba de cuajar. De hecho, pasó por las manos de varios directores y estudios de Hollywood. Ahora que por fin se ha estrenado, ¿ha merecido la pena la espera?
El punto de partida de "Passengers" es verdaderamente atractivo, ya que nos encontramos con una impresionante nave espacial cuya tripulación y pasajeros viajan en estado de hibernación hacia un planeta que se convertirá en su nuevo hogar. Durante el trayecto, cuya duración será de 120 años, unos meteoritos impactan contra el escudo del vehículo y provocan varios fallos en el transporte. Uno de ellos es el responsable de que Jim Preston se despierte 90 años antes de lo previsto. Poco a poco, la soledad se convertirá en su peor enemigo...
"Passengers" plantea dilemas morales en los que el espectador desea profundizar. ¿Cuál es el problema? Que precisamente nunca se ahonda en ellos, optándose más por presentarnos un curioso batiburrillo de géneros cinematográficos. Así, la película tan pronto pasa de la comedia al drama, saltando luego al romance y dando luego un salto hacia el thriller y la acción (sumándole a todo ello un lujoso envoltorio de ciencia-ficción). En definitiva, no termina de definirse y no destaca de manera especial en ninguno de dichos géneros.
Lo mejor y lo peor de "Passengers"
Ahora bien, en su conjunto se puede decir que "Passengers" es una entretenida película comercial (lo que tampoco ha de tomarse como si de una definición peyorativa se tratara). Sin duda sirve para pasar el rato, pero se echa en falta que no se haya sabido encontrar el equilibrio adecuado entre espectáculo e introspección (algo que sí sucedía en los largometrajes mencionados en el primer párrafo de esta crítica).
Aunque el apartado visual de "Passengers" está muy cuidado, se nota que Morten Tyldum, su realizador, está más cómodo en los fragmentos dramáticos del filme. De hecho, Jennifer Lawrence y Chris Pratt, que poseen una gran química en la pantalla (algo imprescindible para narrar esta historia), consiguen que su interpretación luzca en este tipo de escenas. Vamos, que se han esmerado para cobrar sus respectivos salarios de 20 y 12 millones de dólares (sin contar con el elevado tanto por cierto que recibirá la primera de los beneficios que obtenga la cinta en la taquilla).
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