Crítica de "Ocho apellidos catalanes"
[dropcap]T[/dropcap]ras su fabuloso arranque en la taquilla española, creo que ya se puede decir que "Ocho apellidos catalanes" es un éxito incuestionable y un negocio redondo para sus principales impulsores. Ahora bien, el tiempo dirá si conseguirá aproximarse a los increíbles números de su antecesora, "Ocho apellidos vascos", cosa que veo muy difícil. Lo que está claro es que nos hallamos ante una importantísima franquicia para nuestro cine, una franquicia necesaria que ha logrado que ciertos espectadores miren con otros ojos a los largometrajes que se hacen en nuestro país. Y, desde luego, eso tiene un mérito enorme, puesto que era imprescindible que por fin se diera esa complicidad entre las producciones patrias y su público potencial.
"Ocho apellidos catalanes" es una secuela que se ha rodado demasiado rápido. No sólo se ha querido aprovechar el éxito de "Ocho apellidos vascos", sino la actualidad política en la que vive inmersa España. Al respecto, el filme retoma los tópicos de algunas de las regiones de nuestra vetusta nación, utilizándolos para crear una comedia de enredos en la que no faltan algunos toques románticos. ¿El resultado? Aceptable, aunque se nota una pérdida de frescura en comparación con la cinta original y una repetición de sus esquemas.
Lo bueno de "Ocho apellidos catalanes" es que ya conocemos a sus personajes, sabemos cómo es el carácter de cada uno de ellos y, por qué no decirlo, incluso les tenemos cariño (a unos más que a otros, porque, en fin, Amaia sigue siendo tan borde como siempre). Los guionistas introducen un nuevo equívoco en la trama, uno muy interesante pero al que, por desgracia, no logran sacarle todo el partido posible (lo que a su vez provoca una nítida sensación de desaprovechamiento). Pero lo peor son los altibajos de la narración. El filme no es aburrido y entretiene de principio a fin, pero arranca con mucho ritmo, con una interminable sucesión de chistes, y luego se va frenando demasiado, existiendo un evidente contraste entre su primera y su segunda mitad.
El humor de "Ocho apellidos catalanes"
Lo que sí se agradece es que "Ocho apellidos catalanes" mantenga el tono de su predecesora, con un humor que se aleja de la zafiedad y que no tiene nada que ver con otros títulos en los que la vulgaridad tiene un excesivo protagonismo. Si acaso, lo que provoca vergüenza ajena es un innecesario desnudo durante el comienzo de la película; resulta tan torpe y fuera de lugar que me cuesta creer que el propio director, Emilio Martinez-Lazaro, lo haya mantenido en el montaje. Por cierto, la puesta en escena del cineasta es irregular, mezclándose descuidados planos en los que se nota que le cede todo el estrellato a sus actores con otros en los que cuida un poco más la posición de la cámara (Amaia observando cómo se abrazan Rafa y Judit).
De los intérpretes, sin duda me quedo con la pareja formada por Karra Elejalde y Carmen Machi. Las interpretaciones de Dani Rovira y Clara Lago no se alejan mucho de las que ya vimos en "Ocho apellidos vascos", mientras que Rosa María Sardá da muestras de su talento cómico en el papel de Roser. Sin estar mal, Berto Romero no termina de convencerme, todo lo contrario de lo que me sucede con el trabajo de Belén Cuesta (que gana peso según avanza la sencilla historia de "Ocho apellidos catalanes").
Madrid, o Galicia o Gibraltar, cualquier sitio donde puedan desarrollar situaciones comicas políticas culturales.
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Estoy de acuerdo con tu critica Joaquin, lo que me pude reir con los chistes de actualidad y las caras del Dani Rovira y su caracter de puro andaluz y su temeroso dúo de amigos, pero había algo que efectivamente afectaba al ritmo y no hacía encariñarse del todo con esta nueva familia de Catalanes. en la anterior peli nos mostraron la simpatía de la pareja padre e hija vasca, pero a estos nuevos catalanes, entre la Sarda de independència total y el barbitas de Karma, parecía estar en su propio mundo al que ibamos y allí los dejábamos de pasada.
Y si es una lástima que Berto Romero no llegara a conectar del todo, iba calléndome bien pero digamos que le faltaba un paso más, y dan ganas de decirle a la Lago, "tia, seré artista ¿Pero que c... pinto yo en tu historia" (quizá debería haber sido un poco como Owen Wilson en la saga de "Los padres de ella", quizas).
Karra Elejalde, se hace ver muy bien su compleja personalidad, como que intenta ser de una manera, pero su caracter y principios del norte le pueden. Carmen Machi y su encanto y gracia siguen intactos.