Crítica de la película "Máquina de guerra"

Aunque Netflix es principalmente conocida por sus exclusivas y variadas series, esta compañía estadounidense también produce o adquiere los derechos exclusivos de exhibición de no pocas películas. La prescindible secuela de "Tigre y dragón" fue uno de sus títulos más esperados, armando bastante alboroto el acuerdo al que llegó con Adam Sandler para que estrenara sus comedietas únicamente en esta plataforma digital.
Ahora Netflix ha decidido apostar por largometrajes de elevado presupuesto. Es el caso de "Bright", con Will Smith, y de "Máquina de guerra", película que precisamente es objeto de esta crítica y cuyo coste rondó los 60 millones de dólares.
¿De qué va "Máquina de guerra"?
"Máquina de guerra" se inspira en hechos reales, relatándonos la historia del general Glen McMahon. Este militar llega a Afganistán con el objetivo de ganar la guerra que enfrenta a los Estados Unidos y a sus aliados con los talibanes. Sin embargo, McMahon encontrará no pocas trabas en su camino: sus soldados no están preparados para la acción, los políticos de su país y de Afganistán dejan bastante que desear y la población del lugar no es que los reciba precisamente con los brazos abiertos.
El filme es una sátira, así que nadie espere encontrarse con un título del estilo de "Corazones de acero". El problema es que las situaciones que nos presenta no resultan especialmente divertidas, siendo demasiado exagerado el comportamiento de los personajes. Si a todo ello le sumamos el hecho de que "Máquina de guerra" no es precisamente entretenida, la decepción es aún mayor.
Otro de los principales defectos de "Máquina de guerra" es que se incluye la figura de un narrador. Éste es un periodista cuya voz en off escuchamos a lo largo del relato, si bien no vemos su rostro hasta que ya ha transcurrido la mitad del metraje. Ello quiere decir que el espectador no empatiza con él, sensación que se incrementa al comprobar que sus reflexiones son categóricas (es decir, se aproximan al panfleto y se alejan de la opinión).
Por suerte, el filme mejora en su tramo final, que es curiosamente cuando se pone más serio e introduce elementos pertenecientes al género bélico (lo malo es que el director y guionista David Michôd no sabe manejar con pericia los pasajes de acción).
Y llega el momento de hablar de Brad Pitt, cuya interpretación no termina de convencerme. Así, el hecho de que "Máquina de guerra" sea una sátira no es excusa para que no cese de hacer muecas o moverse de forma notoria. Sólo hay que comprobar la actuación del veterano Ben Kingsley.
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