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Crítica de "La leyenda de Tarzán"

Crítica de "La leyenda de Tarzán"

No me ha sorprendido que, en general, a la crítica no le haya gustado "La leyenda de Tarzán", pero lo que sí me ha llamado la atención es que la película esté funcionando de manera aceptable en la taquilla mundial (de todas formas, tampoco es que vaya a generar mucho dinero a Warner Bros., puesto que su presupuesto fue de unos exagerados 180 millones de dólares). Pero, ¿por qué creía que este largometraje iba a ser uno de los fiascos de la temporada? Os lo cuento a continuación.

El rodaje de "La leyenda de Tarzán" se llevó a cabo del 30 de junio al 3 de octubre de 2014. Es decir, tendría que haberse estrenado en 2015. Sin embargo, la cinta ha llegado a las pantallas de cine en el verano de 2016, rodándose escenas adicionales al año siguiente de su filmación. Vale, sé que esto es algo habitual en Hollywood, pero, ¿tanto como para que Alexander Skarsgård tuviera de nuevo que ponerse en forma durante ocho largos meses? Además, no es sólo eso. ¿Sabíais que durante su posproducción el director David Yates tuvo tiempo para completar "Animales fantásticos y dónde encontrarlos"?

Os cuento todo esto porque, durante el visionado de "La leyenda de Tarzán", me dio la sensación de que me hallaba ante una película incompleta, un título que pretendía contarnos la vida de John Clayton tras regresar a Londres pero que no se ha atrevido a hacerlo en su totalidad. Así, a lo largo de su metraje se introducen innecesarios flashbacks que nos recuerdan los orígenes del hombre mono. Y digo que son innecesarios porque no aportan nada a la historia principal; de hecho, parece que están ahí para dotar al filme de algo de acción y de un puñado más de escenas con efectos visuales.

"La leyenda de Tarzán", una aventura sin alma

Sin embargo, el aspecto más negativo de "La leyenda de Tarzán" es que no transmite el sentido de la aventura que cualquier espectador espera encontrar en una producción de estas características. Al principio parece que sus responsables quieren construir una versión realista de las peripecias de John, pero todo esto se derrumba cuando observamos sus exagerados pasajes de acción, los mismos en los que resulta increíble la forma en la que se mueve el protagonista del relato cuando lucha con otros animales o salta de un árbol a otro con la ayuda de las lianas. Y ello por no hablar de la floja secuencia de la estampida. ¡Todo parece tan artificial! (por ejemplo, no resiste ningún tipo de comparación con "El libro de la selva [The jungle book]", y eso que en esta cinta nos topamos con lobos, osos y tigres parlanchines).

Lástima que la voluntariedad de su reparto no se vea plasmada en un sólido guión. Alexander Skarsgård y Margot Robbie cumplen como Tarzán y Jane, pero sus personajes podrían haberse desarrollado mejor. Eso mismo le sucede a Christoph Waltz, que da la impresión de haber heredado ciertos tics de otros villanos que ha interpretado en el pasado. Samuel L. Jackson es un actor que aporta carisma a cualquier filme, mientras que Djimon Hounsou consigue humanizar a Mbonga en los minutos finales de la película.

Jane (Margot Robbie) se reencuentra con sus amigos africanos

En cuanto a la labor del realizador, no existe personalidad en las imágenes de David Yates. Por ejemplo, en los fragmentos de lucha cuerpo a cuerpo casi parece que quiera emular al Zack Snyder de "300", mientras que en las escenas dramáticas no es capaz de transmitir las emociones necesarias como para que éstas funcionen.

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