Crítica de "Kingsman: El Círculo de Oro"
Se veía venir. Tras la sorpresa que en su día nos causó "Kingsman: Servicio Secreto", era evidente que el factor novedad iba a desaparecer en su secuela. Aunque es una película muy entretenida y divertida, "Kingsman: El Círculo de Oro" no sólo pierde la frescura del título original, sino que sus nuevos personajes no resultan tan carismáticos como cabría esperar.
La cinta arranca con un movidito prólogo en el que se nos dejan bien claras dos cosas:
- Eggsy ya es un experimentado Kingsman que sabe cómo lidiar con las situaciones más extremas.
- Lo que parecía una escaramuza se convierte en algo más peligroso: un sabotaje para averiguar dónde se encuentran las sedes de los Kingsman y así destruirlas.
Si bien Eggsy y Merlín logran escapar de tan funesto destino, ambos precisan ayuda para acabar con la organización que ha provocado una considerable merma en los Kingsman. ¿Qué es lo que hacen? Viajar a los Estados Unidos en busca de una agencia similar a la suya: Statesman.
"Kingsman: El Círculo de Oro", inferior a la original
Como avanzaba en la introducción de esta crítica, "Kingsman: El Círculo de Oro" no deja pasmado al espectador con sus apartados visuales, ya que éstos se asemejan muchísimo a los que ya vimos en "Kingsman: Servicio Secreto".
De hecho, a lo largo del filme no existe una escena que pudiera calificarse de memorable, cosa que sí sucedía en la primera entrega de esta saga (y no me refiero únicamente a la famosa pelea en la iglesia).
De todas maneras, el director Matthew Vaughn pone todo su empeño en intentar deslumbrarnos con un buen número de secuencias de acción. Sin embargo, las peleas cuerpo a cuerpo resultan repetitivas, de ahí que me quedaría con lo que acontece en el teleférico.
El argumento no es nada del otro mundo, pero no es algo preocupante en una producción en la que prima la mofa y la parodia (a los pasajes con Elton John me remito).
Por otro lado, hay muchísimos personajes nuevos. Sin embargo, Tequila (Channing Tatum), Champ (Jeff Bridges) y, en menor medida, Ginger (Halle Berry), no cuentan con muchos minutos en la pantalla. Por el contrario, Whiskey (Pedro Pascal) sí es tratado con una mayor relevancia.
La pérfida Poppy (Julianne Moore) no logra estar a la altura de Valentine, resultando también un desacierto el poco tiempo que interactúa con los protagonistas de la película.
Algo que sí me gustó es la evolución de Eggsy, interpretado por un más que correcto Taron Egerton. El actor logra que el público crea que casi está a la altura de Harry. Ah, y hablando de este último, la presencia de Colin Firth le da un necesario ímpetu al relato.
"Kingsman: El Círculo de Oro" sí merece la pena
Que nadie me entienda mal, puesto que me lo pasé estupendamente viendo "Kingsman: El Círculo de Oro". Lo que sucede es que no impacta, cosa que sí sucedía con su antecesora. Ese es, pues, el principal problema de la película.
Lo bueno es que, a fin de cuentas, resulta amena, posee momentos hilarantes y divierte de principio a fin (a pesar de que su metraje es excesivo).
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Completamente de acuerdo en todo. He visto todas las películas del director, y en ésta, siendo una película decente, decepciona un poco.
Sus películas de acción tenían memorables escenas con un sello propio, en X-Men: Primera generación, la escena del bar argentino o de la muerte de la madre de Magneto; en Kick-ass, las escenas de Hit-girl; y en la anterior Kingsman, tanto la escena de la cabaña, con Mark Hamill de espectador de lujo, como, sobretotdo, la gran escena de la iglesia (no me canso de verla). Además, como bien dices, la villana no esta a la altura de Valentine.
Personalmente esperaba más de la primera secuela que realizaba el director, y aunque no la consideraría un bache, esperemos que vuelva a sorprender con sus siguientes trabajos.