Crítica de la película "Fences"

Crítica de la película "Fences"

Tras "Antwone Fisher" y "The great debaters", "Fences" es la tercera película que dirige el oscarizado Denzel Washington (justo antes de hacerse cargo del que probablemente sea el mejor trabajo de su carrera, se ocupó de un capítulo de la serie de televisión "Anatomía de Grey").

Todos estos títulos han funcionado de forma aceptable en la taquilla, pero "Fences" ha conseguido recaudar más que el resto. De hecho, en los Estados Unidos ha logrado superar sin problemas los 55 millones de dólares (su presupuesto fue de 24 millones).

"Fences" no es una película para todo tipo de espectadores. Su ritmo es pausado y su acción prácticamente se desarrolla en las paredes de una casa o en el patio de la misma. Su origen teatral se hace evidente, y ello a pesar de que, en determinados instantes, Denzel Washington intenta que los orígenes del filme no resulten tan evidentes para el público. Sin embargo, me temo que no lo consigue.

Y esto es así por la sencilla razón de que el guión de "Fences" se sustenta únicamente en diálogos. Apenas hay escenas en las que los personajes no estén hablando entre sí o incluso consigo mismo pero en voz alta. August Wilson, el fallecido autor de la obra en la que se basa la película, también firma su libreto, siendo comprensible que quisiera preservar los cuidados diálogos de su texto.

Ambientada en la década de los 50 del siglo pasado, la cinta nos cuenta la historia de Troy, quien trabaja como basurero junto a su amigo Bono. Rose es la esposa del primero, y ambos tienen un hijo en común llamado Cory. El muchacho quiere jugar en un equipo de fútbol americano, y se entrena para ello, pero su padre no le da permiso para que lo haga.

Dada su experiencia en el mundo del béisbol, Troy considera que se trata de una pérdida de tiempo, ya que los negros o las personas pertenecientes a otras minorías siempre se quedan en el banquillo. Este hecho agria la ya de por sí tirante relación entre ambos, complicándose la vida en el hogar de los Maxson cuando Troy le hace una confesión a su mujer.

Crítica de la película "Fences"
Jovan Adepo y Denzel Washington en "Fences"

A pesar de su argumento, "Fences" no es una película que se centre únicamente en los problemas raciales de mediados del siglo XX. Por supuesto que los aborda, pero, bajo mi punto de vista, no tienen tanta relevancia en la trama como en, por poner un ejemplo, "Figuras ocultas". En realidad, este largometraje es un sólido drama familiar en el que se revelan las imperfecciones y las contradicciones de las personas.

Denzel Washington y Viola Davis, impresionantes en "Fences"

Las escenas en las que los personajes discuten poseen una gran fuerza, percibiéndose la amargura que sienten en un determinado momento de su existencia o cómo ciertos sucesos del pasado han marcado sus vidas. Los anhelos frustrados y las esperanzas malogradas dominan un relato en el que sobresalen, por encima de todo, las soberbias interpretaciones de Denzel Washington y Viola Davis. Ambos están sencillamente fantásticos y consiguen llegar al espectador con sus gestos y declamaciones.

Repito, "Fences" no es una película para todo el mundo, pero sin duda llenará a todos aquellos a los que no les importe que se noten tanto sus obvios orígenes teatrales.

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