Crítica de 'Fast & furious: Hobbs & Shaw'
En esta crítica de Fast & furious: Hobbs & Shaw os cuento mis impresiones sobre el spin-off de la saga que se inició con A todo gas. ¿Se mantiene el mismo estilo que las películas que originaron esta franquicia? ¿La sola presencia de Dwayne Johnson y Jason Statham es suficiente para sostener el filme?
Nunca me fascinaron ni A todo gas ni sus múltiples secuelas (la mayoría de ellas conocidas por el título de Fast & furious). No voy a decir que son malas películas, puesto que al menos ofrecen elevadas dosis de acción y espectacularidad, pero sus tramas dejan bastante que desear.
Fast & furious: Hobbs & Shaw es un lógico intento de Universal Pictures de explotar aún más la franquicia y, de paso, separar a dos de sus principales estrellas: Vin Diesel y Dwayne Johnson. Ambos terminaron enfrentados durante el rodaje de Fast & furious 8 y, obviamente, el estudio no desea perder a ninguno de ellos. ¿La solución? Llevarlos por caminos diferentes.
Desde un punto de vista artístico, el resultado no les podría haber salido mejor, ya que, a pesar de sus evidentes defectos, Fast & furious: Hobbs & Shaw es un incuestionable divertimento.
Sinopsis de Fast & furious: Hobbs & Shaw
Aunque el agente Hobbs y el mercenario Shaw no se llevan precisamente bien, llega un momento en el que resulta imposible que no colaboren entre ellos. Y es que Brixton, un individuo que ha mejorado su cuerpo con añadidos cibernéticos y genéticos, se ha hecho con una peligrosa arma biológica, así que tendrán que pararle los pies con la ayuda de la hermana de Shaw.
Lo mejor de Fast & furious: Hobbs & Shaw
Lo dije antes y lo vuelvo a repetir. Fast & furious: Hobbs & Shaw es una película entretenidísima que se pasa en un suspiro (y ello a pesar de su elevada duración). De hecho, me parece más acertada que otras entregas de la serie porque, salvo en momentos muy puntuales, no se toma demasiado en serio a sí misma.
La gran química que existe entre Dwayne Johnson y Jason Statham hace que enseguida nos olvidemos de Dominic Toretto y de su familia (por no mencionar que Johnson posee un mayor carisma que Vin Diesel y que, más allá de su físico, llena la pantalla con su sola presencia).
A esto hay que añadir la solvencia de Vanessa Kirby como la protagonista femenina del filme y el buen hacer de Idris Elba en el papel del villano (pocos actores podrían haber salido airosos en un rol tan arquetípico como este).
Sin duda, el punto fuerte de Fast & furious: Hobbs & Shaw son sus escenas de acción. Las tres principales se desarrollan en Londres, Ucrania y Samoa. Todas, absolutamente todas son espectaculares.
Las peleas están muy bien coreografiadas, mientras que las persecuciones automovilísticas, aunque irreales, llegan a dejarnos con la boca abierta (el uso de los efectos digitales es verdaderamente bueno).
El principal responsable de que Fast & furious: Hobbs & Shaw luzca de una forma tan espléndida es el director David Leitch (Deadpool 2). Su cuidada puesta en escena ya se vislumbra al comienzo de la cinta, justo cuando se comparan las vidas de los protagonistas (uno en California y otro en Inglaterra).
Lo peor de Fast & furious: Hobbs & Shaw
Obviamente, la historia de la película nuevamente es una excusa para rellenar el metraje con golpetazos, choques y explosiones. Que nadie espere un guión de Óscar o una trama compleja, porque no hallará nada de eso en Fast & furious: Hobbs & Shaw.
Es más, tanto el villano como la organización para la que trabaja, Eteon, están pobremente plasmados en la historia. Esta entidad parece que será recurrente en la saga y sus creadores aún tienen tiempo de profundizar en ella, pero, sinceramente, dudo mucho que lo hagan.
Por otro lado, tampoco me gustaron los nuevos personajes, pues me parecen cargantes y un descarado alivio cómico de la cinta (cuando en realidad no hace ninguna falta). Eso sí, se presentan en forma de cameos, así que tal vez resulten del agrado de algunos espectadores.
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