Crítica de "El puente de los espías"

Había ganas de que Steven Spielberg estrenase una nueva película, en este caso "El puente de los espías". Y es que, por mucho que lo nieguen algunos, no sólo es uno de los mejores directores de cine de la actualidad, sino de todos los tiempos. Aunque en un principio iba a ocuparse de "Robopocalipsis", película que, como os comenté en su momento, incluso contaba con protagonistas ( Chris Hemsworth, Anne Hathaway), finalmente tuvo que dejar a un lado el proyecto debido a ciertos problemas con su guión y a su elevado presupuesto (por increíble que parezca, a ciertos realizadores los estudios les permiten caprichos que cuestan más de 200 millones de dólares, negándole una cifra menor a un colega de mucho mayor prestigio). No es de extrañar que, desde la estupenda "Lincoln", no hayamos visto nada del responsable de "Tiburón".

Por suerte, el año que viene llegará la adaptación a la gran pantalla de "El Gran Gigante Bonachón", aparte de que también tiene en su agenda “Ready Player One”, "It's what I do" y posiblemente una nueva aventura de Indiana Jones. Vamos, que sus seguidores estamos encantados de la vida.

"El puente de los espías" se basa en la historia real de James Donovan, un abogado que se ocupó de la defensa de un espía ruso en plena Guerra Fría (hablamos de las décadas de los 50 y de los 60 del pasado siglo XX). Dado que posteriormente los soviéticos habían capturado a un piloto estadounidense, también se le encargó que negociara un posible canje que satisficiera a ambos países.

La primera mitad de "El puente de los espías" es pausada, puesto que el relato se toma su tiempo para presentarnos a los personajes, tal y como acontece con el prólogo que se centra en el espía soviético Rudolf Abel, y a ciertos hechos que tendrán su relevancia en el conjunto de la trama (los preparativos para la misión de espionaje que llevará a cabo el piloto de un avión). Que conste que con esto no quiero decir que el filme sea aburrido. ¡Ni mucho menos! Simplemente pretendo aclarar que no nos hallamos ante un thriller trepidante, de ésos que nos mantienen agarrados a nuestros asientos. No, lo que hace Steven Spielberg es prepararnos para cuando el protagonista llega a Berlín, momento en el cual el ritmo de la película se incrementa hasta llegar a una media hora final que sólo podría calificar de prodigiosa.

A pesar de que se abordan temas serios y no faltan momentos dramáticos (todo lo relacionado con el Muro de Berlín), "El puente de los espías" posee un magnífico guión en el que se utiliza el humor con una gran inteligencia para de esta manera otorgarle un toque irónico a estas cuestiones. El poco conocido Matt Charman, Ethan Coen y Joel Coen son los responsables de dicho libreto. Como curiosidad, apuntar que a estos dos últimos no les importa trabajar para otros realizadores al tiempo que sacan adelante sus proyectos como directores. Hace poco redactaron los libretos de "Un plan perfecto (Gambit)" y de "Invencible (Unbroken)", recomendable largometraje de Angelina Jolie.

No obstante, uno de los aspectos que más me gusta de la cinta es que nos muestra a un hombre que está dispuesto a todo con tal de no alejarse de sus principios. Es decir, "El puente de los espías" habla de un individuo que, a pesar de las presiones, tanto de la gente de su propio país como de los funcionarios de naciones extranjeras, prefiere tener su conciencia tranquila antes que obrar de una manera que no considera adecuada.

La realización de Steven Spielberg es soberbia, digna de un maestro del cine. Esto es algo que se aprecia de manera notoria en los planos en los que no hay diálogos, bien sea en instantes dramáticos (el tiroteo que se produce en el Muro de Berlín cuando unas personas intentan llegar a la República Federal de Alemania), o emotivos (la llegada de James Donovan a su hogar, con esa fantástica imagen de unos niños jugando en una valla y que enseguida le trae unos fatídicos recuerdos; bueno, tanto a él como al espectador).

Tom Hanks, brillante en "El puente de los espías"

Concluyo refiriéndome al reparto. Tom Hanks está inmenso. Habitualmente se premia a los actores que sufren una transformación física en una determinada película, pero se suele dejar de lado las interpretaciones en las que esto no es necesario. Siempre lo he creído injusto, y espero que se sepa valorar el excelente trabajo de esta estrella de Hollywood. Del resto del elenco destacaría a un fabuloso Mark Rylance y a otros secundarios, caso de Amy Ryan y Alan Alda.