Crítica de "Corazones de acero"

No me llama la atención el cine bélico, de ahí que no esperara con excesivo entusiasmo el estreno de "Corazones de acero". Por supuesto que existen magníficas películas pertenecientes a este género, pero es una temática que refleja un horror del que prefiero alejarme. Por fortuna, el largometraje que es objeto de esta crítica reúne no pocos elementos de este tipo de cintas, pero también añade otros interesantes aspectos que hacen que nunca se pierda el lado humano que se esconde detrás de toda gran batalla. Porque, detrás de un arma, bien sea un fusil o una máquina de matar (caso de un tanque), hay una o varias personas. Y todas, absolutamente todas, tienen una historia que contar.
Eso es lo que acontece en "Corazones de acero", donde, para mostrar al espectador las crueldades que siempre rodean a cualquier conflicto bélico, se utiliza como excusa la mirada de un joven soldado que jamás ha matado a nadie y que simplemente trabajaba como mecanógrafo en el ejército. No es la idea más original del mundo, pero al menos es el pretexto perfecto para introducir algo de humanidad en un mundo repleto de sangre (porque, ciertamente, el filme no omite la crudeza de la Segunda Guerra Mundial). Las mejores escenas de la película son aquellas en las que se presentan dilemas morales. Nosotros, al igual que el inocente Norman, observamos con desprecio ciertos comportamientos de Chacal y de sus hombres. A ellos no les importa acabar con la vida de otras personas, por mucho que éstas quieran rendirse. Sus ojos sólo ven enemigos que han matado a no pocos compañeros de batalla en todos los años que llevan peleando.
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Semejantes planteamientos hacen de "Corazones de acero" una película con ciertas pretensiones. Su director y guionista, David Ayer, no busca abrumarnos únicamente con un puñado de escenas de acción, sino que también persigue dotar de sustancia a su filme. No siempre logra su objetivo y, de hecho, la evolución de Norman no está todo lo lograda que debiera (algo que se percibe en una decisión que dicho personaje toma en el tramo final de la historia). Lo que sí consigue es mantenernos entretenidos durante el abultado metraje de la cinta, mérito que no se puede obviar. A ver qué tal lo hace con "Suicide Squad", título de Warner Bros. que llevará a los cines al Escuadrón Suicida de DC Comics y que supondrá el regreso del Joker a la gran pantalla.
En cuanto al reparto, sin duda destacaría la labor de Logan Lerman. La carrera de este actor, que ya tiene en su haber un buen número de interesantes trabajos, está siendo muy interesante, combinando películas independientes con aceptables divertimentos. El intérprete californiano transmite con su rostro los sentimientos del vulnerable Norman, si bien es verdad que para el espectador resulta más fácil empatizar con él. Brad Pitt, correcto, no puede evitar determinados manierismos que en los últimos años había dejado un poco de lado, pero se nota que ahora sabe dosificarlos mejor. Para concluir, señalar que me sorprende que la presencia de Shia LaBeouf sea prácticamente la misma que la de Michael Peña y Jon Bernthal. En fin, tendrá que regresar a la saga "Transformers"...
Resumen de la crítica de "Corazones de acero"
Se agradece que el director y guionista David Ayer introduzca cuestiones éticas en "Corazones de acero", si bien no acierta del todo a la hora de mostrarnos la evolución de determinados personajes. El filme es ameno y cuenta con una cuidada puesta en escena, aunque, obviamente, no se trata de un título de referencia dentro del género bélico.
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