Crítica de "The amazing Spider-Man 2: El poder de Electro"

Andrew Garfield

Sony pretende explotar la franquicia del hombre araña, y, desde luego, lo quiere hacer a lo grande. En los próximos años no sólo veremos dos nuevas aventuras más del trepamuros, sino que también se estrenarán "Venom" y "The Sinister Six". En esta última película no se descarta la presencia del bueno de Peter Parker y, de hecho, "The amazing Spider-Man 2: El poder de Electro" se convierte en un atinado punto de partida para un spin-off que, a priori, resulta de lo más atractivo (a fin de cuentas, no son pocos los villanos que poseen un mayor carisma que ciertos superhéroes).

La secuela de "The amazing Spider-Man" arranca con un prólogo en el que se responde a algunas de las dudas que nos planteaba el título original con respecto a Richard Parker (algo que luego se desarrolla a lo largo del relato). Posteriormente, el filme introduce una fastuosa secuencia de acción en la que observamos cómo Parker se enfrenta a Aleksei Sytsevich (Paul Giamatti). A partir de aquí, los guionistas tienen que hacer unos cuantos equilibrios para presentarnos a los nuevos y numerosos personajes de la historia (quizás demasiados). Por desgracia, fallan en el caso de Max Dillon/Electro, pues nos muestran a un tipo pusilánime, solitario y obsesionado con Spider-Man (casi parece una caricatura). El asunto gana, y mucho, con la aparición de Harry Osborn, que sin duda está mejor perfilado. Respecto a la presencia de Felicia Hardy (Felicity Jones), Alistair Smythe (B.J. Novak) y Norman Osborn (Chris Cooper), tan sólo se puede calificar de anecdótica. 
Dane DeHaan
Al igual que en "The amazing Spider-Man", los aspectos dramáticos del libreto están bastante cuidados, destacando ciertas escenas en las que Peter conversa con Gwen, Harry o su tía May (Sally Field). Al éxito de estos pasajes contribuyen las cuidadas interpretaciones de Andrew Garfield, Emma Stone y un estupendo Dane DeHaan (Jamie Foxx apenas puede hacer nada con su papel, destacando más Colm Feore, quien encarna a Donald Menken). La labor del realizador Marc Webb es correcta, aunque se echa en falta que no sepa aprovechar del todo la espectacularidad de la presentación de Sytsevich. Por lo demás, recurre a técnicas que parecen sacadas de películas como "Matrix" o de las cinemáticas de un videojuego (especialmente durante la confrontación de Spider-Man con Electro). A pesar de que algunos aspectos de su trama podrían haberse mejorado (demasiados villanos para un solo largometraje), "The amazing Spider-Man 2: El poder de Electro" es un digno divertimento que sirve para pasar el rato. Eso es lo que precisamente busco en una producción comercial.

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