Crítica de "Creed II: La leyenda de Rocky"

Como ya expuse en mi crítica de "Creed: La leyenda de Rocky", siento simpatía por la saga pugilística ideada por Sylvester Stallone. Su primera entrega es realmente buena, algo que también se podría decir de la segunda. No opino lo mismo de las tres siguientes secuelas, sin duda muy mejorables.
Tras años sin saber nada del personaje, Stallone lo trajo de vuelta con "Rocky Balboa". Era un título aceptable, pero tampoco es que ofreciera nada nuevo. A finales de 2015 llegó a la cartelera la mencionada "Creed: La leyenda de Rocky", que sorprendía por su atinada carga dramática y su vigorosa puesta en escena (el director, Ryan Coogler, confirmó su buen hacer con las cámaras en "Black Panther").
Debido a su éxito, a nadie le extraña que se haya dado luz verde a "Creed II: La leyenda de Rocky". En esta ocasión, Sylvester Stallone vuelve a ocuparse de la escritura del guión, mientras que tras las cámaras nos encontramos con Steven Caple Jr. (un profesional proveniente de la televisión y del cine independiente).
En esta ocasión, la franquicia recupera a icónicos personajes de la mejorable "Rocky IV", enfrentando al vástago del temible Ivan Drago con el hijo de Apollo Creed. De hecho, el filme arranca mostrándonos la actual vida de los Drago, tanto del joven Viktor como de su mencionado progenitor.
"Creed II: La leyenda de Rocky", una película continuista
A partir de ahí el desarrollo del filme es bastante previsible, pues posee un esquema que recicla fragmentos de otras entregas de la saga (sí, hay un entrenamiento acompañado de música y, cómo no, asistimos a un decisivo combate final).
"Creed II: La leyenda de Rocky" aborda diversas temáticas. Una de las más importantes, y la que bajo mi punto de vista está tratada con mayor esmero, es la de la relación entre mentores y alumnos. No obstante, también se habla de la paternidad, de la familia, de la redención o de la superación, por poner tan sólo unos ejemplos. El problema es que muchas de estas cuestiones se tratan de una forma algo superficial (en parte lógico si consideramos que se tienen que condensar en un metraje que rebasa las dos horas).
La película es entretenida y contiene fragmentos verdaderamente emotivos, si bien decepcionará a los que esperen encontrarse un espectáculo pugilístico de primer nivel. El melodrama se apodera de la narración y los combates de boxeo se reducen a dos.
Por cierto, éstos visualmente no resultan tan poderosos como los de su antecesora, percibiéndose con claridad el cambio de realizador. La puesta en escena de "Creed: La leyenda de Rocky" estaba muy cuidada y presentaba tomas dignas de admirar, mientras que la de su secuela se podría tildar de correcta y convencional.
El reparto de "Creed II: La leyenda de Rocky"
He comentado en anteriores ocasiones que me fijé en Michael B. Jordan gracias a su participación en las magníficas series "Friday Night Lights" y "Parenthood". El actor se entrega de nuevo a su papel y lo da todo desde un punto de vista físico y emocional.
A su lado está un carismático Sylvester Stallone, quien a su vez transmite mucha comodidad a la hora de encarnar al mítico Rocky Balboa. Tessa Thompson y Phylicia Rashad gozan de más minutos en pantalla, una decisión lógica si tenemos en cuenta la relevancia que estas mujeres tienen en la vida del protagonista.
Por supuesto, la gran novedad del elenco en el regreso de Dolph Lundgren como Ivan Drago. Al principio da la impresión de que va a repetir la fría actuación que ya observamos en décadas pasadas, pero, no, el sueco exigió que su personaje no fuera un mero témpano y, por suerte, eso se nota en la pantalla (aunque no tanto como me hubiera gustado, si bien eso es culpa del libreto y no del actor).
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