Crítica de "Buscando a Dory"
Retrocedamos al año 2012. El director Andrew Stanton ("Buscando a Nemo", ""WALL·E [Batallón de limpieza]") debuta en el cine de imágenes reales con "John Carter". Aunque bajo mi punto de vista se trataba de una decente película de aventuras y ciencia-ficción, crítica y público le dieron la espalda (de hecho, apenas recaudó 284.1 millones de dólares en la taquilla mundial, cuando su presupuesto rebasó los 250 millones). Semejante fiasco provocó que el cineasta se viera obligado a compensar a Disney por las pérdidas que dicho filme le acarreó a la compañía. ¿Cómo? Muy sencillo, ideando una secuela de uno de los mayores éxitos económicos de Pixar: "Buscando a Nemo". Así fue, pues, cómo nació "Buscando a Dory".
Tenía cierto miedo a esta continuación, ya que, si bien la saga "Toy Story" sólo nos ha dado alegrías, no se puede decir lo mismo de las segundas partes de "Monstruos, S.A." y "Cars" (no es que sean malas, pero desde luego se quedan lejos de las bondades del resto de las producciones de Pixar). Afortunadamente, mis temores se disiparon nada más comenzar "Buscando a Dory", ya que en su arranque observamos un acertado prólogo en el que se nos narran los orígenes de Dory. La agilidad de este fragmento y las emociones que desprende son ejemplares y nos invitan a sumergirnos en la película (nunca mejor dicho).
Hay dos aspectos de "Buscando a Dory" especialmente llamativos. La historia, que como su antecesora parece principalmente infantil, vuelve a incidir en una temática que resulta recomendable explicar a los menores de edad (y, de paso, que la recuerde algún que otro adulto). Así, se centra en personajes que, a pesar de sus limitaciones, son capaces de superar los obstáculos que se encuentran en sus vidas (ya sabíamos que Dory tiene un grave problema con su memoria o que Nemo posee una aleta más corta de lo habitual, sumándose a ellos un tiburón ballena con problemas de visión, por ejemplo). Aunque el filme esconde ciertos pasajes dramáticos (siempre exponiéndolos de forma contenida), resulta evidente que sobre todo desprende optimismo.
Otra de las cosas que me llamó la atención de "Buscando a Dory" es que buena parte de su acción no se desarrolla en el agua (o al menos bajo el mar). Los autores del guión y los artistas de la película se las han ingeniado para que los protagonistas del relato puedan pasearse por lugares que no son únicamente marinos, siendo de alabar la imaginación con la que los protagonistas resuelven las distintas situaciones que han de sortear en su periplo. Esto se agradece, ya que evita que la cinta se le pueda volver repetitiva al público en comparación con su predecesora.
La deslumbrante técnica de "Buscando a Dory"
Desde un punto de vista visual, se notan bastantes mejoras en relación a hace trece años. En su momento, "Buscando a Nemo" nos sorprendió por la inventiva de sus creadores a la hora de concebir personajes y paisajes acuáticos. Ahora existe un evidente mimo por el detalle, aunque, como ya he comentado en anteriores ocasiones, las películas de animación lo tienen cada vez más difícil a la hora de sorprendernos con sus mejoras técnicas.
"Buscando a Dory" es, en definitiva, una divertida y amena secuela que, eso sí, no está a la altura del largometraje original, algo que puede decepcionar a determinados espectadores.
Si la vi allá por verano, pero se me olvidó comentarlo.
E igualmente el prólogo me pareció precioso a la par que triste, todo ese tiempo nadando solita, olvidando todo el rato hasta que la casualidad la llevó hasta Marlin.
Todo lo contrario me pareció la escena del camión, muy similar a lo de "Toy Story 2", pero más temeroso, se que al ser de Pixar no pasaría lo peor, pero estaba todo el rato tapándome los ojos.El mensaje ecológico seguía igual de presente, al ver un mar de basura, la mitad de los peces, enfermos
una curiosidad: los peces criados o cuidados en cautividad, saben leer mejor que los peces del mar abierto, eso da más sentido al origen de Dory.Si, pero estaba indeciso para comentar, pues el desarrollo la historia me pareció fugaz y pobre y no me dejó tan buena impresión como la primera, así que reflexioné y esperé.
Otra curiosidad graciosa es que los de Pixar casi siempre ponen a los niños en un punto de vista de monstruos peligrosos que destruyen todo lo que tocan, igual que hicieron en "Toy Story" y Monstruos "S.A.", XD, esa gracia siempre es buena, así pueden verse a ellos mismos.
¡SI! Exacto, eso mismo, has descrito la situación con exactitud, a veces las comparaciones pueden ser terribles, pero esta secuela hacerse notar por su técnica, su profundidad y la entrañabilidad de sus personajes los viejos y los nuevos. Seguro que son pocos los que les interesa reflexionar sobre el gusto y las impresiones de una peli hoy en dia, ya que Internet es un aguijon muy jugoso con el que se pican comentarios agudos.
Respecto a Ice Age, cierto que la historia no madura, pero si avanza, aunque nunca llegarán a estar a la altura de Pixar.
Si hacen una tercera me pregunto si será a Marlin a quien tengan que buscar la próxima vez en algún rincon de algún otro oceano o recinto marino.Pues no está tan mal, se hace un tanto repetitiva de la ironía de que estos animales se resistan a su destino de extinguirse, por miles de cataclismos que sucedan, pero aun así se hace muy entretenida, especialmente con la Ardilla y la bellota, y aún más con la vuelta de la comadreja tuerta de la tercera peli, yo me rio un montón con ella, pero por su entretenida absurdidez y mejorada animación, tu Joaquin, de seguro le pondrías un 6/10.
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Disculpa el retraso de mi comentario pero es que... mmm... ¿Que iba a decir?
Muy de acuerdo con tu crítica Joaquin, Los de Pixar retoman la alta estima que les tenemos despues del altibajo que la de "El viaje de Arlo" (quiza por eso sea mejor que hagan una peli al año). Y aunque, como si de verdad dices, el origen de esta peli sea compensar un fracaso taquillero monumental, la verdad es que se sigue disfrutando cuando el resultado tiene la misma calidad e incluso superada en algunos aspectos.
Es un gustazo volver a ver el espectacular mar de animación que tanto nos fascinó como hace trece años, sin duda saben mostrar la belleza de las criaturas marinas con un mensaje 50% entretenido y 50% educativo, tanto biológica como ecológicamente, una habilidad que los de Pixar siempre han tenido para atraer por igual a niños y adultos, algo realmente admirable.
Igualmente es un gusto ver a los entrañables peces que tanta popularidad alcanzaron en la primera peli, ya todos los niños se saben sus especies, ahora todo más centrado esta vez en la simpática y optimista Dory y lo graciosa que fue con su forma de ser y su discapacidad de memoria, efectivamente "produndizando" en su pasado, Dory nos enseña que su discapacidad no siempre es tan divertida como aparentaba, pero con empeño y apoyo puedes superar dichas adversidades.
Otro punto fuerte fueron la nuevas incorporaciones de la fauna marina, especialmente el pulpo Hank, sin duda una verdadera proeza en la animación, quizá pronto no sabremos diferenciar un una criatura de Pixar de uno real.
Vamos con algunos puntos negativos, es cierto que la frescura que supuso la historia de dos peces en una odisea oceánica no estaba tan presente aquí, como que esta historia se ve más simple la transición como el hecho simplificar un viaje de ida y vuelta desde el coral australiano hasta la costa Oeste de EE.UU., es comprensible, pero más pobre en el desarrollo. De igual modo que se trate de un escenario muy limitado para los peces pero, como bien dices, eso agudiza el ingenio, pero quizá a veces van demasiado lejos y pasan de ingenio a locura, como fue la escena final del camión.
Resumiendo: aunque su historia sea más simple que la primera, muy entretenida a la vez que educativa y visualmente mejorada y espectacular, vuelta seguir nadando con estos entrañables peces.
Ah, un 7,5/10, casi se me olvida.