Crítica de la película "La visita"

[dropcap]H[/dropcap]ace casi una década que las cosas no le van muy bien al director, guionista y productor M. Night Shyamalan. Películas como "La joven del agua" o "El incidente" ni funcionaron en la taquilla ni recibieron la bendición de la crítica. Luego intentó crear una franquicia con la estimable "Airbender: El último guerrero", pero la cinta no recaudó lo que se esperaba de ella. Las cosas le fueron aún peor con "After Earth", y eso que contaba con Will Smith de protagonista. Además, se ocupó del piloto de la serie "Wayward Pines", aburrida a más no poder hasta que su verdadera trama se desvela a mitad de la primera temporada. Ahora cambia de rumbo con "La visita". Bueno, más bien cambia de navío, porque la ruta sigue siendo la misma.

Y es que "La visita" introduce elementos muy habituales de la obra de M. Night Shyamalan (dramas personales que se conjuntan con estampas provenientes del cine de terror), sólo que lo hace utilizando una técnica que últimamente se ha explotado demasiado en la gran pantalla. Hablo, por supuesto, de las dichosas cámaras que manejan los personajes de una película para mostrarnos lo que les sucede. Ello le ha permitido al realizador confeccionar una cinta de bajo presupuesto que, si bien mantiene temáticas de su gusto, varía por completo la forma de mostrárnoslas. Esto provoca que su puesta en escena se diluya y que apenas se distinga de la de otros colegas de profesión que también han empleado este recurso en algún momento de sus carreras.

Lo curioso del caso es que, bajo mi punto de vista, uno de los pasajes más terroríficos de la filmografía de M. Night Shyamalan se rodó empleando esta misma técnica (es lo que sucede cuando observamos por primera vez un extraterrestre en "Señales"). Pero, claro, se hizo en un momento dado y no durante toda la película. En "La visita" su uso se vuelve cansino y excesivamente manido. Lo peor de todo es que el director recurre a sustos que no parecen propios de él. Da la impresión de que está desesperado por encontrar un éxito fácil con el que remontar su maltrecha carrera.

Terror, drama y comedia en "La visita"

"La visita" nos cuenta la historia de dos hermanos que van a visitar a sus abuelos, a quienes no conocían. En vez de acompañarlos su madre, que no se lleva demasiado bien con ellos, viajan solos hasta el hogar de los ancianos. La película es tramposa a más no poder, e incluye un giro a lo Shyamalan que, sinceramente, no me convence.

Al principio uno no sabe si se halla ante un drama sobre los problemas de la senectud vistos desde los ojos de un par de chiquillos (por cierto, la trama no da para tanto y hubiera sido mejor recurrir a un mediometraje para desarrollarla). La confusión se incrementa al contemplar un buen número de pasajes repletos de comicidad, algo que descolocará al espectador que piensa que va a ver un título en el que el miedo lo impregna todo. Es en sus quince minutos finales cuando el suspense se adueña del relato, aunque lo hace sin aportar nada a un género bastante trillado.

Lo que más me gustó de "La visita" es su reparto. Tanto los intérpretes veteranos, unos espléndidos Deanna Dunagan y Peter McRobbie, como los jovencitos Olivia DeJonge y Ed Oxenbould, que no llegan a hacerse aborrecibles, llevan con satisfacción el peso de la historia.