Crítica de "El último cazador de brujas"

[dropcap]C[/dropcap]reo que no exagero si digo que la filmografía de Vin Diesel se sustenta en una única franquicia (me refiero, obviamente, a la de "Fast & furious"). Todo lo que ha hecho fuera de ella no ha funcionado en la taquilla. Eso es lo que le está pasando a "El último cazador de brujas", pero también lo que le sucedió a "Riddick" (intuyo que las cosas no le irán mucho mejor con la anunciada "xXx: The return of Xander Cage"). Desde luego, doblar a Groot en "Guardianes de la Galaxia" y su secuela no creo que se pueda considerar uno de los grandes logros de su carrera, como tampoco cabe decir que su presencia resultó vital para que la película obtuviera tan elevadas recaudaciones.

En "El último cazador de brujas", Vin Diesel encarna a Kaulder, un guerrero que, siglos atrás, logró derrotar a la Reina Bruja. No obstante, y antes de desaparecer, ésta le lanzó una maldición: la de la inmortalidad. Durante su larga existencia, Kaulder se ha dedicado a terminar con malvadas hechiceras, si bien en la época actual existe una convivencia pacífica entre dicha raza y la de los humanos. No obstante, no todos los seguidores de la Reina Bruja ven la paz como una bendición, de ahí que algunos de ellos conspiren para que su maestra regrese de las tinieblas.

La película cuenta con una trama trillada y un libreto repleto de clichés. Esto es algo que no me importaría si no fuera porque, durante la mayor parte de su metraje, se hace hasta aburrida. No encuentro en ella el sentido de la aventura y de la fantasía que habitualmente espero en un título de estas características. Al contrario, Vin Diesel se toma a su personaje muy en serio y, si bien lo hace invulnerable desde un punto de vista físico, lo convierte en un endeble si nos fijamos sólo en los traumas de su pasado. En definitiva, que intenta darle una falsa profundidad. Durante la narración hay algún que otro instante humorístico, pero de una vergonzosa simpleza (es lo que se puede comprobar en varios diálogos, que provocan vergüenza ajena).

"El último cazador de brujas" tampoco funciona en las escenas de acción. Y es que el mayor "mérito" de su director, Breck Eisner, es ser el hijo de Michael Eisner, el responsable de Disney durante dos décadas (incluyendo la de su "renacimiento", que aconteció con el estreno de "La sirenita"). En su enclenque currículo nos topamos con naderías como "Sahara", un incuestionable fiasco artístico y de taquilla. El realizador no sabe cómo sacar adelante las peleas cuerpo a cuerpo, rutinarias y casi de serie B. Además, no logra que nos quedemos pasmados con ninguna de las en teoría aparatosas secuencias de la cinta. De hecho, la conclusión de la película deja al espectador una extraña sensación, puesto que carece de la épica necesaria y de unos originales efectos especiales (a pesar de la corrección de estos últimos).

Poco se puede decir del reparto. Vin Diesel sabe que es la estrella y nos tortura con la misma cara de siempre. Casi parece que esté interpretando a Dominic Toretto. Su presencia impone, sí, pero eso no basta para crear un buen personaje. Elijah Wood hace lo que puede con su papel, sobre todo porque está mal escrito y no es difícil averiguar cuál será su destino (los guionistas plantan alguna que otra pista durante el desarrollo del relato, otra prueba más de su torpeza). Rose Leslie aguanta el tipo, mientras que Michael Caine se limita a cobrar un digno salario por salir unos pocos minutos en la pantalla (principalmente tumbado).

"El último cazador de brujas", una película prescindible

"El último cazador de brujas" se podría definir como una producción de serie B pero con gran presupuesto. Se trata, en definitiva, de un filme olvidable y completamente prescindible. Tal vez satisfaga a los seguidores de Vin Diesel, pero los amantes del género fantástico se sentirán decepcionados con este hueco y anodino largometraje.